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Hay que ubicarse en la sociedad de conocimiento y sociedad red. Bajo este paraguas la nueva función de la comunicación no es informar o cuidar la reputación de la organización sino la gestión del conocimiento que posee.
El correcto funcionamiento de la organización depende en gran medida de la gestión de conocimiento. Una organización puede tener una buena reputación pero si existe una ineficiente gestión de conocimiento al interior empezará a tener problemas. El conocimiento es el activo intangible más importante que hay que gestionar, y su correcta administración puede ayudar a mejorar sustancialmente la identidad, imagen, posicionamiento y reputación.
Asimismo, la capacidad de gestionar el conocimiento ayudará a prevenir riesgos. Solo el conocimiento cabal sobre lo que hace la organización brindará pautas para paliar los conflictos y las crisis que se puedan presentar.
La comunicación interna será la relación con los públicos internos para cuidar el conocimiento que se ha ido adquiriendo a través de los años. La comunicación interna busca informar, educar, interactuar, coordinar y motivar para que todo ese bagaje sea asimilado al interior de la institución como al exterior.
Los comunicadores somos gestores de conocimiento de la organización. Y para eso hay que utilizar todos los recursos tecnológicos que existen en la actualidad en busca de ese fin. Hoy el comunicador debe preguntarse: ¿Cómo aprende la organización? ¿Hay apertura para el aprendizaje? ¿Qué elementos dificultan el aprendizaje? ¿Cuáles son las oportunidades de aprendizaje? ¿Dónde están posibles conflictos o crisis? Etc. Solo el cuidado del conocimiento brindará una mejor oportunidad para las organizaciones de enfrentar un futuro de incertidumbre.
Y finalmente hay que recordar que las organizaciones poseen conocimiento, porque tiene una forma de ver y actuar en el mundo.
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