Por Luis E. Farinango C.
ELDIRCOMQ
En el mundo académico y
profesional existen teorías y metodologías realmente interesantes para trabajar
el tema de la comunicación dentro de las organizaciones. El desarrollo de este
campo de conocimiento por el creciente interés de profesionales y estudiantes
ha permitido que se estudie y hable del tema con más frecuencia dentro de las
aulas universitarias y seminarios empresariales.
Pero esa producción y aumento del
interés sobre este campo no debe enceguecer puntos muy importantes y críticos
que suceden dentro de esta disciplina. Considero que existen varios problemas
dentro de la comunicación organizacional, algunos ejemplos que se deben
mencionar son: pensar en la comunicación como sinónimo de marketing y
publicidad, comunicación como instrumento para aplacar crisis, comunicación
como la elaboración de textos y redacciones para directivos o altos ejecutivos,
comunicación como actos de protocolo y
ceremonias, comunicación como un decálogo religioso de consejos o autoayuda para organizaciones y así evitar
conflictos.
Y precisamente sobre el último
punto del párrafo anterior trata este corto escrito, que no tiene nada de
novedoso, pero que siempre ayuda a tener en cuenta el ejercicio de la comunicación son procesos conflictivos, cambiantes
y mejorables pero nunca acabados. Además
de los problemas mencionados otro punto
que siempre está presente es pensar que la comunicación en las organizaciones son
inversiones sin retorno o dicho en un lenguaje más sencillo un gasto.
Pero estos criterios limitados
sobre comunicación organizacional no sólo hay que buscar la culpa en los
empresarios o dirigentes de las organizaciones, sino también desde el ámbito
académico, pues el celo y la imposición de conocimiento sobre un campo sobre
otro a deslegitimado la acción concreta y específica de la comunicación. Es así,
por poner un ejemplo, que en muchas empresas u organizaciones la labor de
comunicación está en manos del departamento de marketing o en el peor de los
casos en manos de las personas encargadas de realizar actos de protocolo y
ceremonia. Con esto no quiero menospreciar a las personas que trabaja en ellas,
más bien el planteamiento es que cada uno ocupe el lugar que le corresponde
pero con una mirada integradora.
La comunicación debe ser un eje
articulador que de coherencia al discurso que la organización quiere con su
interior y exterior. Este criterio puede ser trillado y hasta repetitivo pero
consideramos que esta aseveración resulta necesaria en este contexto
hiperconectado por canales digitales de comunicación donde un discurso
coherente puede generar resultados positivos.
Entonces, dejar a un lado algunos
problemas que mencionamos arriba, es mirar la comunicación organizacional hacia
el interior, es decir conocernos y saber qué valores y prácticas se tiene en la
organización. Este criterio desde el inicio sobrepasa la visión de una
comunicación dedicada a promocionar y vender productos o servicios, pues se
trata de una comunicación centrada en el ser humano que compone la
organización. Pero ¿qué implica
centrarse en el ser humano? Es conocer y comprender su condición de Ser que posee valores, emociones y
sentimientos, que si son respetados estará más cómodo y activo.
La comunicación interna no sólo
es un espacio de charla o reuniones entre dirigentes y resto de personal; más
bien ese criterio es muy limitado, un proceso de comunicación interna es la
participación real, y no ficticia, del personal de la empresa; pero que esa
participación sea tomada en cuenta y no sea un populismo organizacional. Al fin
a cabo, la comunicación interna no es propiedad del directivo máximo o el
departamento de comunicación sino la comunicación está en cada una de las
personas que trabajan para la organización. Nuestros mejores productores y canales
de comunicación son las personas.
Desde estos planteamientos la
pregunte que quizá ronde por sus mentes sea ¿qué debe hacer un comunicador
organizacional? La respuesta es simple, el comunicador es un contador de
historias, historias que sirvan para identificar la diversidad, para acoplar
similitudes, para causar sinergia entre las partes y permitir una marcha hacia
un objetivo en común. Los métodos y metodologías para llevar a cabo el tema las
historias será tema de reflexión en una próxima entrega.
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