Por décadas se ha buscado estudiar al cliente y ofrecerle productos o servicios teniendo como base el enfoque de marketing de las 4P (Producto, Plaza, Precio y Promoción). Este enfoque centrado en el producto no considera la interacción entre el usuario y la marca, haciendo énfasis solo en la generación de nuevos productos y gestionar la relación con el cliente a través de procesos puntuales utilizando departamentos especializados como las áreas de atención al cliente o de CRM, cuando en realidad el cliente mantiene una relación con la marca en distintos momentos que van desde el instante en el que se le presenta un anuncio publicitario, hasta el momento en el que, tras haber consumido el producto, evalúa su compra nuevamente. La nueva tendencia plantea la gestión de experiencias del cliente, considerando la venta no como la entrega de un producto aislado, sino como la oferta de un cúmulo de experiencias que pueden brindar cierto nivel de satisfacción a los usuarios. Para lograr gestio
La comunicación y sus estéticas