Por: Luis E. Farinango C.
(@ELDIRCOMQ)
Hoy reflexionaba sobre la comunicación y cómo se vuelve parte fundamental de las relaciones en todos los ámbitos humanos. Tal vez escuchar la expresión todo comunica puede ser como justificativo para legitimar el trabajo del comunicador profesional pero en realidad se trata de una expresión que tiene mucho sentido desde la filosofía del lenguaje hasta la cotidianidad de nuestras vidas. Dentro de este panorama también la falta de carácter o personalidad de una organización también comunica. ¿Y qué comunica? Debilidad.
(@ELDIRCOMQ)
Hoy reflexionaba sobre la comunicación y cómo se vuelve parte fundamental de las relaciones en todos los ámbitos humanos. Tal vez escuchar la expresión todo comunica puede ser como justificativo para legitimar el trabajo del comunicador profesional pero en realidad se trata de una expresión que tiene mucho sentido desde la filosofía del lenguaje hasta la cotidianidad de nuestras vidas. Dentro de este panorama también la falta de carácter o personalidad de una organización también comunica. ¿Y qué comunica? Debilidad.
Dejar de hablar o expresar algo ya significa que estamos
dentro del ambiente de la comunicación, cuando ese callar o decir algo lo
interpreta una segunda persona ya se genera un acto de comunicación, ese acto
de comunicación se genera por la presencia de un OTRO diferente que a le vez cumple el papel de
complemento del primer miembro, se trata de una unidad compuesta por dos partes
donde uno posee el poder.
Pero quizá hasta acá nada nuevo, todo lo mencionado está ya
en la teoría que los comunicadores estudian en las universidades, lo bueno o mi
propuesta es que la comunicación antes de salir y formar parte del contexto
comunicativo debe ser debidamente analizada y pensada, pero no desde términos
del destinatario sino desde el término
del sujeto enunciador, qué es lo quiero comunicar y este comunicar no implique una destrucción
de mi personalidad como organización. Muchas ocasiones se pierde la estructura
de la cual estamos conformados por hacer mucho caso a los factores externos
como: qué dirá la prensa, qué dirá la opinión pública, que dirán las
autoridades de la ciudad, etc., y dentro
de ese proceso de entrada nuestra personalidad está sujeta a la opinión de un
tercero, hay un desequilibrio de la parte interior y exterior.
Cuando existe
mayor peso de lo externo a final sentimos una sensación de vacío sobre la labor
realizada.
Estoy en contra de que en muchas filosofías las empresas se
diga que el cliente siempre tiene la razón, eso no es así y tampoco debería ser
así, el cliente se acerca a nosotros por motivaciones de una promesa que nuestra empresa a generado, y
sucumbir frente a una crisis donde existe la necesidad narcisista de un cliente
o grupo de clientes en desmedro del gran público consumidor es minar la
identidad que caracteriza una organización. También existe la posibilidad de
decir no o decir basta de atropellos, esas actitudes generar una solidez en la
identidad. En muchas ocasiones no se actúa de forma enérgica y correcta por
perder cuota dentro del mercado, miedo de que el cliente afectado se vaya con
la competencia. El cliente que comparte nuestros pensamientos se quedará, y los
simples cazadores de oportunidad tarde o temprano mostrarán su verdadero
rostro.
La regla de generar una imagen que todo mundo agrade se
trata de un suicidio dentro de las organizaciones, hay que insertar rebeldía y
crear nuevas formas de comunicar donde identidad, que constantemente cambia, sea más sólida y llegue a nosotros
personas que en realidad están de acuerdo con nuestras ideas y prácticas. Y
creo que esta actitud será la que reduzca la posibilidad de crisis futuras o
enfrentarlas. Aquel que sabe quién es sabe lo que puede tolerar y lo que no
puede perder jamás.
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