Por: LEFC @ELDIRCOMQ
Toda institución como un conjunto de personas comunica de forma directa o indirecta con los públicos con los cuales se relaciona. Se comunica con mensajes, hechos y actos a toda la dimensión social que posee vínculos con ella. Por esa razón, es necesario gestionar las comunicaciones internas y externas con la intención de manejar y mantener las relaciones ganadas con nuestros clientes, trabajadores, accionistas, etc.
Pero, para llevar a cabo todo un proyecto de comunicación dentro de una institución antes es necesario evaluar y diagnosticar el rol y la función que la comunicación tiene dentro y fuera de la institución. A este proceso se lo llama “Auditoria de la Comunicación”.
Para Eugenia Etkin, profesora de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) de Argentina, “la auditoria tiene dos dimensiones: una diagnóstica y otra de plan correctivo o recomendaciones. Es decir, la auditoria de comunicación se aplica para identificar, clasificar, analizar y evaluar las instancias comunicacionales de una institución y ofrecer alternativas de acción a través de un plan correctivo”.
Los puntos más importantes que se deben auditar en materia de comunicación en las instituciones son: la comunicación, los públicos, la identidad, la imagen y el posicionamiento de las empresas o instituciones. El estudio de cada de una de las cuatro variables permitirá en un futuro plan de comunicación tomar las acciones estratégicas necesarias que permitan una mayor y fluida interrelación con nuestros públicos.
Es así que, resulta necesario que se realicen auditorias cada cierto tiempo, porque las situaciones entorno a las cuatro variables siempre tienden a cambiar en función de las coyunturas políticas, sociales y económicas, y el comunicador institucional debe estar atento a esos cambios para poder enfrentarlos.
Recuerde que cuando hablamos de auditorias de comunicación no solo nos referimos a cuantificar las publicaciones o apariciones en prensa, o cuanto material se imprimió para dar a conocer algún tema. Hablamos de una auditoria integral donde se toman en cuenta la misión y visión de la empresa, el clima laboral, la filosofía, los valores, y por supuesto, la escucha que podemos brindar a nuestros públicos para satisfacer sus necesidades.
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